ENSAYO


LA RADIO UN MEDIO DE TRANSMISIÓN SOCIAL


Como se sabe la radio es un medio de comunicación íntimo, casi privado, que permite una interacción entre los encargados de la transmisión y la sociedad, de manera  que se puede lograr una dinámica informativa entre los radioescuchas. Como medio de comunicación juega un papel importante dentro de la sociedad. La necesidad del hombre por comunicarse dio origen al descubrimiento de las diversas formas de comunicación a distancia. Es por eso que es importante describir cuales son las funciones que lleva ésta dentro de nuestra vida social. 



Durante los primeros años la radio experimentaba un período de euforia, con un crecimiento constante. Sin embargo la crisis comienza a vislumbrarse, esta vez, provocada por la televisión. En un TRABAJO PDF se dice que “Al hablar de la radio actualmente se la acepta como el resto del naufragio provocado por la aparición de la Televisión. Pero no es así, hoy se puede afirmar que la radio se ha renovado gracias a la televisión”.

La radio es una actividad de comunicación que tiene un campo bien definido para desarrollarse como profesión. Ha comenzado a transformar sus estructuras tecnológicas, pero lo ha hecho todavía en reducido número de emisoras. Fue evolucionando un aumento de las emisoras en Norteamérica. La radio se configura como un radio espectáculo por los caminos de la informatización y la literatura radiofónica.

La radio puede concentrarse en un lenguaje de los sentimientos. Si una emoción ha de ser privilegiada en la radio, esa es de la alegría, ya que las personas conectan la radio para escapar de sus problemas. Así también lo sintetiza COHEN la radio es un arte original puesto que posee un lenguaje, una técnica y los medios que le son propios(Cohen, 2010, pág. 219). Como escribió McLuhan- la radio es un medio eminentemente visual, porque los humanos no tenemos dos ojos, tenemos tres. El odio también ve. La imaginación tiene un cómplice, el oído, pero para que este interese, el oído tiene que transmitir imágenes.

EL arte de hablar por radio consiste en usar palabras concretas, que se puedan ver, tocar, que tengan peso y medida. Hacer ver a través del oído, ese es el singular desafío de un radialista. Aprendemos a pensar hablando, los pensamientos son hijos de la palabra y nietos del oído. Hablar por radio es despertar nuevas ideas, sentar juicios y sacudir perjuicios.
La personalidad de la radio no lo establecen los radialistas, sino el oído humano,  ya que el oído vibra, siente e imagina, Hacer radio es seducir al oyente. Un amor que es ciego, como el oído. Como la radio. Solo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos.

La comunicación no es más que compartir algo, compartir el mensaje que se quiere transmitir a través de la radio, un mensaje que pasa de emisor a receptor, de alguien que lo emite a alguien que lo recibe. Tenemos que codificar nuestras ideas y deseos para poder comunicarlo. Si el cerebro receptor no logra interpretar o interpreta mal el mensaje, el proceso de la comunicación habrá fallado. Según la FUAM (fundación de la universidad autónoma del Perú) “La comunicación permite al individuo conocer más de sí mismo, de los demás y del medio exterior mediante el intercambio de mensajes principalmente lingüísticos que le permiten influir y ser influido por las personas que lo rodean’’.

La comunicación radiofónica tiene muchas etapas y en todas ellas hay posibilidad de ruidos. Esto obstáculos pueden darse también en el dialogo presencial, además, si no entendimos bien, podemos pedir aclaraciones al que habla. En radio, nada de esto es posible. Por todos los flancos surge la posibilidad de distracción. Es decir el ruido. 
No todos los humanos compartimos el mismo código, el mismo idioma, y no se logra una primera sintonía cultural. Una palabra cambia totalmente su carácter ofensivo y se vuelve tierna, cariñosa dependiendo del tono en que se pronuncie. La comunicación es mucho más que una simple transmisión de mensajes, se debe asegurar que el mensaje llegue lo más transparente posible al receptor y éste lo interprete a su manera al emitirlo por la radio. En el circuito de la comunicación radiofónica falta una etapa, que es el interés que el mensaje despierte en el receptor.

La radio es solo sonido, solo voz. Pero una voz triple: la voz humana, la voz de la naturaleza y la voz del corazón. La buena radio refleja la vida. Y en la vida, en lo que nos rodea, se oyen ruidos, cantos y palabras. En cuanto a la voz humana, ésta es la más transparente: informa, explica, dialoga, acompaña conversando. La palabra humana es la principal portadora del mensaje y su sentido.

En radio llamamos bache a un silencio inesperado, no previsto, mientras que una pausa es tomarse el tiempo necesario para subrayar una frase o situación. Un comentarista que no maneja las pausas arriesga la convicción de sus palabras.

Desde sus inicios la radio ha sido musical, porque el oído humano es musical. No hay mejor sedante que la música. Lo propio de la música es envolvernos en una atmósfera emotiva, entra por el oído y por los poros, se desparrama por todo el cuerpo, se siente en la piel y en el alma. Todos sabemos o creemos que sabemos hablar. Todos y todas hablamos, pero unos lo hacen con gracia y otro sin ella. Unos seducen y otro mortifican.
La cultura no es otra que la adecuada relación que establecemos con el entorno. Mejor sea la relación, mayor será la cultura.

La inflación de palabras suele estar en relación directa al vacío de las ideas. Las palabras que se usan cuando se habla por radio tienen que ser sencillas. En los medios de comunicación masiva como es la radio, el lenguaje sencillo resulta ser el más culto, es decir, el más adecuado para sintonizar con el gran público al que nos dirigimos. Cuando se sintonizaba la radio en aquel tiempo, se escuchaba que todo el mundo hablaba en vulgar, porque todo el mundo era vulgo. Como ahora dicen que se habla de la lengua vulgar como de una lengua común a todos, aunque diversa en vocablos y en pronunciación diferente.

Cuando comienza a dividirse la sociedad, comienza a dividirse también la lengua. En realidad, las malas palabras no constituyen un problema moral, ni siquiera de buenos o malos modales. Querámoslo  o no, las famosas vulgaridades o groserías están extendidas por todas partes y son más comunes que las moscas. Y en la radio ¿Cómo tratar este asunto? Una cosa es saber el origen de las malas palabras y otra cosa es comenzar a usarlas sin ningún criterio, o solo porque son de origen popular. En cuanto a las jergas juveniles que se pueden hablar en la radio, no hay que asustarse de neologismos porque todo idioma es un ser vivo. Así como lo comentó HOYOS "la “jerga” más de edad que de clase, es un instrumento al servicio de la identidad del sector, no del individuo" (Hoyos Gonzáles, Margarita).

Lo más educativo de una emisora es el valor de la verdad. Antes que cualquier mensaje, consejo o programa liberador es la palabra. El locutor aprende a escuchar y el oyente a hablar. A través de la palabra pública se promueve la autoestima. Como dijo una Canadiense, la radio local es como un espejo y la nacional como una ventana. Las radios comerciales se definen como instituciones con fines de lucro. Las radios estales, muchas veces funcionan como aparatos de propaganda. En la radio comunitaria encontramos servicios a la comunidad.

Una emisora que se entrega a la comunidad, más tarde o más temprano se populariza. Las actitudes elitistas de algunos comunicadores solo reflejan insensibilidad y desembocan en radios hechas a imagen y semejanza de ellos, con programaciones al gusto de ellos, no del gran público. Por el contrario si te abres a los oyentes reales, si te haces vulnerable a la audiencia, ésta te flechará, te seducirá. Lo comunitario no es una declaración de principios que se firma el primer día de emisiones y luego se guarda en una gaveta. Es un estilo de vivir, de pensar, de relacionarse con el público. Una escala de valores.

No basta tener el medio de comunicación si no tenemos un mensaje que comunicar a la audiencia. Una radio como ya se ha dicho, puede y debe abrir sus micrófonos para que la población hable, opine y denuncie. Esta participación directa de la audiencia refresca y ennoblece prácticamente a todos los formatos de la programación. Pero también se necesita con otros programas más elaborados, producidos por colegas creativos que tengan tiempo y recursos para ello.

El desafío de la radio es lograr que su programación satisfaga las necesidades de sus auditorios. Como se sabe existe la competencia tanto de las emisoras como de otros medios de comunicación, el esfuerzo de la radio debe garantizar mayor audiencias para los anunciantes locales, regionales y nacionales. Por eso que hoy en día se busca estar a la vanguardia en tecnología y presentar programación que pueda ser atractiva para el público.













Comentarios

  1. Grecia,
    Hay acercamientos significativos, pero pierden su sostén recurrentemente.
    Tus materiales de asistencia no aportan, deben ser mejor seleccionados.

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